lunes, 23 de mayo de 2011

y si, somos Místicos animales

Los 24 de mayo a la noche me acuerdo cuando de niño conocí a mi perro Wallicho. Perro de raza "calle", me enseño muchas cosas sobre el cariño y las mandíbulas. El respeto al lugar del otro y los chumbidos a deshora. Aprendí "psicopatía para casi dueños", las noches donde lo escarmentaba con chorros de soda. Nunca me sentí un genio haciendo eso, pero juro que veía tal sarcasmo en sus actos nocturnos que, una primitiva respuesta de mi parte le hacía honor.
Pero el verdadero tributo al cinismo perruno está en la introducción del tema 9 de nuestro segundo disco, ambos titulados " Místicos animales", por la insana influencia del sr. Fernando Aguirre. En dicha intro, Wallicho ( y su pareja Pizzeta, capítulo aparte) aullan de lo lindo, en lo que recuerdo como un acto de valiente soledad, mientras yo intentaba grabar en un doble cassetera algún balbuceo de canción, y ellos, los ya mencionados perros sarcásticos, se mofaban de mí...o cantaban conmigo. La letra de esa canción va por otro lado y considero cierta influencia del gran Roberto Arlt y con la música, logran el clima de " asco para armar".

dice así:


Un cerdo de la industria del detalle,
detonó un pensamiento esclavo,
abrió las puertas y suplico,
pero nada cambiaria,
ni las ropas ajadas ni los calambres al sol,
nunca eligió su trabajo,
y sabia lo que era estar peor.
Afónico de suerte jugo a dos puntas
queriendo vivir dos veces no fue suficiente,
extravagante y urgente, con sus labios robaba,
besos de canción.
Melancólico y rufián, el no escuchaba otro refrán mas que el que dictaba su insconciente;
luz igual estrella, ciudad italiana por excelencia, donde rezó bajo una gota de lluvia,
que impartía eco y eco, hasta que amanecía en la terraza del desierto, palco V.I.P.
para la sed, y ella a su merced, y él que desespera; apuró a la madre del invento, ojos, sucursal del sol, amor, ese viejo intento.

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