sábado, 31 de julio de 2010

18 horas


Me acordé de un viaje. Volvíamos del sur. Mi hermano estaba sentado a la derecha. 18 horas se venían. El otro hermano, el de la vida, se volvía en avión; cierta piedad le hizo dejarme un discman y aproximadamente veinte discos. Yo elegí dos en particular. El de los Flaming Lips, Yoshima battles with the robots… giró algunas veces. Pero la sensación de acierto vino con Keith Richards y su Main ofender…una necesidad de eternidad me invadía desde una canción …que fue todo para mí en ese viaje… “ Demon in me… i can´t live without you … tal vez vos sepas… estoy sangrando por dentro…déjame decirte algo…tengo el diablo dentro…y no puedo vivir sin ti…” Y entonces, esa miel que se terminaba a los cuatro minutos, era interrumpida por otro sonido eterno, el que escuchamos los que viajamos dentro de tubos con semicama, máquina de café y jugo de naranja sin exprimir, sin naranjas, sin gusto, sin nada. Entonces me apuraba a poner esa canción otra vez. No sea cosa de que se rompiera el hechizo y tuviera que empezar de cero, a buscar esa concentración que te hace alejar de todo, acercarte a todo.

1 comentario:

  1. que bueno, acabo de leer la letra posta y me doy cuenta todo lo que no entendí...o si

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