viernes, 17 de septiembre de 2010
al oriente
decidí hacer una visita quieta al oriente de mi occidente. y volver. fué premeditado, o sea, no fué un accidente. iba a hacer falta cierta paz interior. chequeo mi hoja de ruta para saber lo necesario. iré en las tres direcciones, es un viaje 3D. necesitaba un recuerdo y un olvido. el recuerdo, entre mis manos, son unas huellas de unos pies en la arena. el olvido, lo tengo atrapado en una bolsita que flamea al viento, mientras ando en bicicleta, y se dispersan como migas que estaban en un mantel sacudido de a dos, cantando una tarantela, un domingo tipo dos y media. les cuento a la vuelta.
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